La atención a la persona con daño cerebral pasa por diferentes etapas desde el momento que se produce hasta que se estabiliza.
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Fase crítica: es el momento en el que se produce la lesión.
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Fase aguda: entramos en el ámbito sanitario a través de las unidades de cuidados intensivos, unidades de ictus o equivalentes con el objetivo de salvar la vida de la persona y mitigar las secuelas con las intervenciones que sean precisas.
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Fase subaguda: en esta fase da comienzo la rehabilitación específica de daño cerebral según las necesidades de cada persona. La persona afectada aún es “paciente” pues seguimos en una fase sanitaria y en la que comienzan a trabajar las unidades de rehabilitación hospitalaria y ambulatoria.
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Fase crónica o de estabilización: Las secuelas se estabilizan, la persona ya no necesita cuidados médicos y puede volver a su domicilio. Hoy por hoy la persona puede volver a su trabajo o, de ser necesario, a un recurso comunitario como un centro de día. Es el mayor desafío para esas personas y las familias. Estas últimas tienen que asumir la responsabilidad de cuidados y adaptar el hogar a las nuevas necesidades.